Me encanta hablar contigo aunque no hables, porque terminas las conversaciones con ráfagas de besos y las empiezas con un grito de entusiasmo. Porque cuando dices "papá-mamá" quieres decir eso y también: te quiero, qué feliz soy, qué bien nos lo estamos pasando....
Porque te explicas cogiendo mi mano, señalando tu cuerpo para advertir si estás malito o para demostrar lo mayor que eres al avisar que tienes que ir al baño.
Porque repasamos las fotos de tus amigos y del cole, de la familia, de los yayos que están y de los que ya no están y sigues queriendo. Hablamos en torno a las fotos de tus personas preferidas, de lo que te gusta hacer, de lo que te emociona y divierte.
Porque has creado tus propios gestos para decir que llueve, para jugar y porque tu idioma es precioso, contagioso y feliz.
Me encanta hablar contigo con los ojos, con el corazón, con tu voz única y especial.
Me gusta lo que dices, lo que nos enseñas y cómo defiendes tu: "yo también tengo mucho que decir".
Hablamos, Dani.
Firmado: mamamamama, cómo tú lo dices tan bonito.